Cuando era pequeño quería ser mecánico, para estar más cerca de esos artilugios que me apasionaban, los coches. Al final no fui mecánico, pero conseguí hacer de mi pasión mi profesión. Con la inocencia de la infancia, también deseaba ser bombero, no para apagar incendios, sino para conducir esos inmensos camiones rojos, cargados de agua y con mangueras. Esa pasión por los camiones de bomberos, llevada al extremo, se transforma en lo que verás en el vídeo que os presentamos a continuación. Un coleccionista atesora 450 camiones de bomberos. Una colección de vehículos valorada en más de un millón de dólares, que a priori no parece tanto si tenemos en cuenta que algunos de ellos son auténticas rarezas, y que muchos se encuentran en un estado lo suficientemente óptimo como para exhibirse en un museo.
Andrew Leider es un hombre de negocios de 63 años, que empezó hace trece a coleccionar coches de bomberos tras haber trabajado con los responsables de emergencias y extinción de incendios en los ataques del 11 de septiembre. En algún momento, esa colección comenzó a crecer, hasta el punto de que a día de hoy tiene que repartir sus joyas en tres hangares diferentes repartidos entre Nueva York y Pennsylvania. La historia nos la contaba la gente de Barcroft Cars.
Puede parecer un chiflado, pero Andrew tiene más razón que un santo cuando reconoce con filosofía que «se podría haber dedicado a beber, apostar, o comprar aviones» pero al final optó por un «hobby benigno».
El heroismo que apreció en los bomberos que participaron en las operaciones de rescate tras los ataques del 11 de septiembre, animó a Andrew a sentir esa pasión por el trabajo de los bomberos. Dice que todo comenzó adquiriendo un coche de bomberos muy antiguo, más tarde un segundo, y a partir de ahí coleccionar lo que para él «es una obra de arte industrial» se convirtió en una adicción.
Muchos de estos camiones de bomberos han sido adquiridos a precio de desguace, mediante contactos en los departamentos de bomberos de todo Estados Unidos. Muchos otros le costaron decenas de miles de euros. Tened en cuenta que en su colección hay piezas como un camión de bomberos de la Primera Guerra Mundial, el Ahren’s Fox, que para Andrew Leider es «el Rolls-Royce de los camiones».
Lo increíble es que la mayoría de sus piezas estén en perfecto estado de funcionamiento. Dicen que a Andrew Leider se le puede ver por su ciudad paseando en estas bellezas a menudo.
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