Sucedió en Baltimore. Un cúmulo de despropósitos que a su autora le costará un enorme problema legal. Primer despropósito. La propietaria de un Mazda de 2008 (Washington Post) denuncia que había salido de su coche, dejando el motor encendido y las llaves conectadas, cuando un desconocido subió a su coche y se lo llevó. Primera lección, jamás bajes de tu coche dejando las llaves puestas y el motor encendido. Segundo despropósito. Denunciar que cuando se produjo el robo su pequeño de dos años estaba dentro del coche. El gran problema es que al menos esta parte de la historia era mentira.
La propietaria de este Mazda pensó que denunciar que, además de robo, había existido el secuestro de un menor, conseguiría que el cuerpo policial de Baltimore organizase un despliegue de búsqueda que permitiera su rápida localización. No se equivocaba del todo. Baltimore movilizó a todos sus efectivos, e incluso organizó patrullas en helicóptero para localizar el vehículo robado, y al pequeño que aparentemente había sido secuestrado.
Pero el coche no apareció, y las autoridades se darían cuenta poco más tarde de que el pequeño se encontraba seguro, y completamente ajeno a esta historia digna de una película de Tarantino, o de la serie Fargo, en una guardería.
Fue entonces cuando la policía de Baltimore se percató de lo que verdaderamente había sucedido. La madre del pequeño había pensado que denunciar el secuestro le permitiría recuperar su coche. Pero, por lo visto, su coche sigue desaparecido, y ahora tendrá que enfrentarse a la acusación de haber realizado una denuncia falsa (The Baltimore Sun).
Por si acaso estabas pensando que esta madre tuvo una gran idea, has de saber que en España una denuncia falsa se castiga – según la gravedad del delito – con hasta dos años de privación de libertad.
Vía: Jalopnik