El Buick Grand National es un coche de lo más interesante. Puede que solo parezca un viejo coupé americano de los años ochenta, de estética claramente desfasada. Pero el Grand National era en su momento el coche más rápido fabricado por General Motors. En vez de montar los V8 que podían montar los Chevrolet Camaro o Corvette, montaba un novísimo V6 de 3,8 litros e inyección electrónica, turboalimentado hasta los 245 CV. En Columbus (Ohio, EE.UU.) alguien lo compró, y sin llegar a hacerle 100 km, lo dejó languidecer en un garaje durante 34 años. Hasta hoy día.
El antiguo propietario del coche nunca llegó a usarlo, esperando revenderlo años después. Por desgracia, falleció hace años, y el coche fue vendido por su viuda al actual propietario, cuya idea es revender el coche por un pingüe beneficio. Con solo 56 millas en el odómetro, el coche se pasó 34 años en un garaje, sin protección alguna. Por fortuna, Larry Kosilla de AMMO NYC, es el encargado de devolverlo a su antiguo esplendor mediante un rápido detallado. Un detallado que busca preparar el coche para su venta, poniendo en valor su originalidad.
Aunque el coche estaba sucio, lo más preocupante eran los arañazos de un perro en las puertas del coche. Mediante un pulido suave para no dañar la laca – los coches de la época tenían poca laca en su pintura – la pintura negra vuelve a brillar. El resto de tratamientos de belleza devuelven el brillo a las llantas cromadas, sus neumáticos originales o el habitáculo, en el que estaba empezando a crecer algo de moho. El vídeo que necesitas ver tras un largo día de trabajo, reconfortándote en la vuelta a la vida de un precioso coche clásico.
La restauración mecánica será otro problema, pero visualmente, este Grand National ya es excepcional.