Reconozco que tengo un problema. Tuve un Mercedes W124 hace unos años. Lo compré en mal estado, lo puse mas o menos al día, y lo vendí. Lo vendí porque terminar la puesta a punto estaba fuera de mis habilidades, porque era un gasto innecesario y porque no lo usaba. Pero no pasa un día sin que me arrepienta de haberlo vendido. Soy un auténtico fan de los Mercedes de los años ochenta y haría cosas terribles por un W124 en carrocería familiar y bien cargado de extras. Es por ello que ver este vídeo me ha provocado un terrible síndrome de abstinencia.
El vídeo lo protagoniza, cómo no, el grandísimo Larry Kosilla de AMMO NYC. El dueño de este taller de detallado es también un fan de Mercedes, y por casualidades del destino, ha pasado por sus manos un W124 250TD familiar, importado a Estados Unidos desde Portugal. Un coche que aun estando una década parado arrancó prácticamente al toque, y que se encuentra en un gran estado mecánico. Eso sí, estaba cubierto de suciedad, telas de araña, heces de roedores y polvo. Y claro, tenemos que asistir a su maravillosa devolución a un estado glorioso.
El interior y los bajos no han revestido demasiado secreto, más allá del uso abundante de limpiador multipropósitos, desengrasante y vaporetas – no necesariamente en este orden. La pintura presentaba arañazos y swirls, además de una laca tremendamente endurecida. Por ello fue necesario un pulido de dos etapas, y un posterior tratado cerámico para la pintura. El resultado final es una pintura que brilla como un espejo, con un brillo profundo y matizado. Las líneas del S124 vuelven a enamorarme sin remedio. Si me disculpáis, estaré en Wallapop.