El Renault Clio V6 es uno de esos utilitarios deportivos legendarios. Fue, quizá, la última gran locura de Renault, y un coche que sucedió en espíritu a los míticos Renault 5 Turbo de motor central de los años noventa. Se fabricó entre los años 2001 y 2005, siendo especialmente valiosas las unidades de su segunda fase, con su mecánica 3.0 V6 actualizada y potenciada hasta los 255 CV. Este utilitario de propulsión y motor central tiene fama de peligroso y delicado, ¿pero será capaz de sostener un derrape sobre una superficie deslizante?
El probador de Autocar reconoce que en su propio evento de lanzamiento se accidentaron dos unidades, y que es un coche delicado. Especialmente a causa de su reparto de pesos desigual y su cortísima batalla. En una superficie deslizante, y a escasísima velocidad, es imposible jugar con las transferencias de peso, por lo que el derrape debe iniciarse a base de gas o golpe de embrague. Y sobre una superficie que parece hielo lo sencillo es romper la tracción del eje trasero, pero lo complicado, es sostener ese derrape.
Su cortísima batalla, la baja adherencia y la transferencia de pesos hace que cada derrape culmine en un frustrante trompo a velocidad de paseo. La frustración se puede ver en los ojos del probador, que no puede jugar como quiere con las masas del coche. Como conclusión, el Renault Clio V6 puede derrapar y derrapará con alegría, pero es incapaz de sostener un derrape en las condiciones de la prueba. Si cuentas con una superficie algo menos deslizante, eres un valiente y conoces las reacciones del coche, otro gallo cantará.