Hace un tiempo os hablamos de un Lexus LFA al que le habían transplantado un motor 5.7 V8 procedente de la NASCAR. Muchos pensásteis que era un auténtico sacrilegio reemplazar el delicioso 4.8 V10 de Yamaha por un bruto propulsor americano. No obstante, el V10 había quedado inservible tras una inundación, así como gran parte de los sistemas eléctricos del Lexus LFA. Pero no os preocupéis, el brutal V8 de cerca de 800 CV que se ha instalado es también de origen Toyota, por lo que todo queda en casa, con un origen 100% japonés.
La construcción de este monstruo de las altas prestaciones ya se ha completado y el resultado es el que tenéis en vuestras pantallas. Una bestia dedicada al drifting, equipada con un kit aerodinámico gigantesco y un tren de rodaje optimizado para ir de lado. En el interior del coche sólo se conserva la consola central original, donde se ha instalado la palanca de cambios de una caja secuencial de seis relaciones muy cerradas. El volante y el sistema de dirección es también completamente ad-hoc.
En los coches de drifting, requiere de un amplísimo margen de giro para las ruedas, con lo que pueden ir de lado en ángulos imposibles. El rugido del V8 no es el de un simple muscle car, es el de un motor de competición capaz de girar a 9.000 rpm: no es el típico motor americano, en resumen. A continuación os dejamos tres vídeos en los que se demuestra el potencial de este atípico superdeportivo que está viviendo una segunda vida dedicada a ir de lado. Subid el volumen, sentaos y disfrutad.
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