Hace tiempo que no recibo multas de aparcamiento, por fortuna. Hubo una época en la que una al mes solía caer, y siempre por el mismo motivo: ser confiado. «Si son solo cinco minutos», y a la vuelta, receta. La lección la he aprendido. Da igual que coche tengas, si aparcas mal, te pueden multar. Y en ciertas ciudades con un afán recaudatorio importante, cinco minutos son suficientes para llevarte una sorpresa poco agradable. No importa que tengas un Ferrari 512M valorado en 13 millones de euros. Te multarán igual.
Sucedió en Londres, concretamente en el lujoso barrio de Kensington. El mismo barrio en el que ricos de todo el mundo «sacan a pasear» sus superdeportivos, y el mismo barrio que ha puesto coto a esta «diversión» con multas más que considerables. El Ferrari 512M había sido sacado del concesionario de clásicos Fiskens, y un empleado iba a sacarle unas cuantas fotos para la web. Lo aparcaron frente al concesionario, en una pequeña entrada a un garaje particular. El objetivo de Fiskens era una sesión rápida de fotos, de apenas unos minutos.
El coche llama la atención de forma considerable. Un policía lo vio mal aparcado, y sin dudarlo, se acercó y le colocó una multa de 120 libras en el parabrisas. El Ferrari 512M en cuestión data del año 1970, y era la respuesta de Ferrari al dominio de las competiciones de resistencia a finales de los años 60. Tiene un impresionante palmarés en competición: compitió en las 24 Horas de Le Mans en 1970 y 1971, y en 1977, estableció el récord británico de velocidad sobre asfalto – 309 km/h – a los mandos de su segundo dueño.
Curiosamente, este coche fue inicialmente vendido en 1970 a la Escudería Montjuich, basada en Barcelona y financiada por varios industriales catalanes adinerados.
Fuente e imágenes: Daily Mail
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