Ese alguien no puede ser más que un acérrimo petrolhead. Procedente de Corea del Sur, dicho sea de paso. Cuando vi en autoblog.nl la noticia de que ha salido a la venta en Seúl un Ferrari F430 con la friolera de 556.917 km en su odómetro, no pude resistirme a compartirla con vosotros. Hacer más de 500.000 km en cualquier coche ya es una cifra más que meritoria – y a la que no muchos coches llegan sin problemas graves o una gran inversión en mantenimiento – pero llegar a ese kilometraje en un Ferrari te lleva automáticamente al «Olimpo» del «petrolheadismo».
Siempre diré y siempre mantendré que me impresiona mucho más un coche como este, que un Ferrari F430 que apenas ha pisado las calles y que en casi 20 años ha cubierto poco más de 10.000 km. Los coches son para usarlos y para disfrutarlos, y está clarísimo que el antiguo propietario de este F430 lo ha llevado mucho más lejos de cualquier estimación inicial de los propios ingenieros que lo diseñaron. El anuncio no nos da información alguna sobre el vehículo, más allá de su kilometraje o sus características técnicas.
Ni siquiera nos dicen el precio, que debería ser, lógicamente, muy inferior al precio de mercado de un Ferrari F430 matriculado en diciembre de 2005. El coche tiene un aspecto francamente bueno, y no solo se debe a haber sido muy cuidado, si no a que su carrocería siempre estuvo protegida por un PPF – un vinilo transparente que evita «chinazos» y rayones. Sin embargo, si nos fijamos en ciertos detalles, se puede apreciar el desgaste al que el uso lo ha sometido. Esto es patente en los botones de la radio o los elevalunas eléctricos.
El asiento del conductor apenas tiene desgaste, por lo que posiblemente ha sido reemplazado por el concesionario que lo vende o su propietario. Sus llantas no tienen golpes ni imperfecciones, es posible que hayan sido restauradas. Todo son elucubraciones, ya que el anuncio no detalla el historial del coche ni su mantenimiento. Y esa es la verdadera clave en un coche como este, con mecánica y caja de cambios que no gozan de la mejor reputación en cuanto a durabilidad y fiabilidad. ¿Será el motor original del coche? ¿Cuántos embragues ha «consumido» este coche?
Con toda seguridad, la inversión en mantenimiento para usar un coche como este durante 17 años y más de medio millón de kilómetros ha sido astronómica. Me atrevo a decir que posiblemente tan alta como la compra de otro superdeportivo. Pero esa afirmación debe ir acompañada de la relación de su antiguo propietario con el coche, del que posiblemente estaba enamorado. ¿Te comprarías un Ferrari de camino a los 600.000 km a un precio asequible? ¿Serías capaz de conducir un coche como este durante tantísimos kilómetros?