El Fiat Cinquecento es considerado el predecesor del actual Fiat 500, un coche urbano de orientación low-cost y absoluta sencillez mecánica. Sus versiones más potentes, las Cinquecento Sporting, apenas superaban de forma tímida los 50 CV de potencia, apoyadas en un peso que como mucho, era de 727 kilos. El simpático Cinquecento nunca fue un coche de prestaciones rabiosas… al menos hasta pasar por las manos de preparadores y aficionados a la competición de motor. Es el caso de este Cinquecento italiano, al que se le ha transplantado un motor de una superbike japonesa. El resultado es explosivo.
Del Cinquecento original quedan poco más que algunos paneles de carrocería. El interior ha sido completamente destripado de todo equipamiento – de serie era ya un coche espartano – y dotado de una jaula antivuelco. Un volante deportivo y una instrumentación digital componen todo el equipamiento «de serie», además de un baquet. En vez de montar el motor en posición delantera, se ha construido un nuevo subchasis trasero donde se aloja un tetracilíndrico de 1.441 centímetros cúbicos. Un propulsor de una Kawasaki Ninja ZX-14R, que en configuración de serie era capaz de desarrollar la friolera de 208 CV.
Este motor ha sido extensamente modificado, y además de un régimen de giro de 12.000 rpm, es capaz de desarrollar cerca de 250 CV. La potencia pasa al eje trasero mediante una transmisión por cadena, muy similar a la de una moto. La caja de cambios es secuencial, y podría ser la misma de la Kawasaki, aunque con un manejo mediante levas. El coche tiene pasos de rueda ensanchados, neumáticos slick y por cómo rebota, parece que carezca de suspensión. Su sonido es absolutamente delicioso, y en combinación con unos cortísimos desarrollos, hacen que este pequeño Cinquecento tenga unas prestaciones de órdago.
