Se nos ocurren muy pocas razones por las que el compacto deportivo de Ford, el que todos desearíamos tener en nuestro garaje, deba ser achatarrado. Una de ellas podría ser que este Ford Focus RS, que una grúa machaca en unos segundos en este vídeo, hubiera sufrido un siniestro, y fuera irrecuperable. Pero a juzgar por las imágenes ese no parece ser el caso. Pero la presencia de un Ford Focus ST al final del vídeo, que probablemente vaya a correr la misma suerte, nos puede acercar a una explicación coherente.
La publicación Road&Track apuntaba a una explicación que puede tener mucho sentido. En el desarrollo de un automóvil se producen muchas unidades que jamás acabarán en el mercado. Se fabrican prototipos, unidades de desarrollo y pruebas, y los pre-series que son los primeros en salir de la línea de producción, que aún podrían ser susceptibles a algunos fallos, o a problemas de calidad que, si bien impiden su comercialización, aún pueden permitir que sean aprovechados para mostrarse en salones del automóvil y algunas pruebas.
Probablemente ese sea el caso de este Ford Focus RS, y el Ford Focus ST que aparece al final del vídeo.
Como leíamos en Jalopnik, estos coches que son plenamente funcionales, aunque no están en condiciones de ser vendidos, ni de acabar en el mercado, o en la calle, por las responsabilidades que implicaría para el fabricante, podrían tener un final más honroso. Un final como exhibirse en un museo, o utilizarse en escuelas de ingeniería. Pero el problema, de nuevo, está en que el fabricante no puede arriesgarse a que uno de estos coches acabe en circulación. Y ante ese escenario, la solución que habitualmente se toma, y por drástica y dolorosa que resulte, es la de proceder a su achatarramiento.
Más imágenes del Ford Focus RS: