El Ford Mondeo de primera generación no es un coche demasiado reseñable. No tenía versión deportiva, más allá de un motor V6 de 2,5 litros y 190 CV. Era una berlina cómoda, fiable y muy correcta en otros aspectos, pero es un coche que pasará sin pena ni gloria a los anales de la historia. De hecho, es un coche que ha tocado fondo en cuanto a su depreciación: es posible encontrar multitud de unidades a la venta por precios inferiores a los 1.000 euros, incluso en muy buen estado. ¿Por qué demonios alguien pide 12.800 euros por un Ford Mondeo del año 1996, con motor 2.0 de gasolina?
En primer lugar, este coche situado en Austria es una versión Ghia, el entonces acabado tope de gama. Su motor es un 2.0 de 132 CV y tiene un sistema de tracción total, algo que lo convierte en un coche ciertamente especial, por lo escasa que fue su producción. No obstante, estos dos factores no justifican su elevadísimo precio. Lo que el vendedor espera que lo justifique es que el coche tenga sólo 662 km en su odómetro. Sí, lo has leído bien. El coche fue adquirido en 1996, y el kilometraje que acumula se ha hecho únicamente entre el garaje donde estaba almacenado y el concesionario Ford.
Concesionario donde el coche ha pasado religiosamente todas sus revisiones desde hace 22 años, como el vendedor puede demostrar. Este Ford Mondeo es una cápsula temporal, un coche por el que los años no han pasado, en un estado absolutamente impecable. Sí, su precio es muy alto, ¿pero cuántos coches fabricados hace más de 20 años puedes encontrar en un estado similar? Para alguien que no sea un fan confeso de este modelo en concreto es una compra ilógica. Quizá espera que Ford adquiera la unidad para exponer en eventos – en presentaciones a prensa a veces se exponen coches de anteriores generaciones – o exponer en un museo.