Chevrolet y Ford han sido compañías rivales desde hace prácticamente un siglo. A nivel de competición, pero especialmente a nivel comercial. La batalla es especialmente cruenta en los Estados Unidos, y lo es concretamente en el segmento de las pick-up. Ford lleva décadas ganando la batalla comercial, pero la guerra está cada vez más reñida. Y es tan cruenta que en esta ocasión, Hoonigan ha entrado en la contienda y ha enfrentado a dos pick-up muy – pero que muy – parecidas en una divertidísima carrera de aceleración que no debes perderte.
A un lado del ring tenemos a una Ford F-150 XL del año 2019, en cuyas entrañas late un motor 5.0 V8 Coyote al que se le ha montado un compresor volumétrico de enorme tamaño. El propietario afirma que desarrolla unos 850 o 900 CV y posiblemente miente como un bellaco. Al otro lado del ring está una Chevrolet Cheyenne mexicana del año 2010, con un motor Vortec de 6,0 litros que ha ganado 0,8 litros adicionales y un gigantesco turbocompresor, llegando a los 1.000 CV de potencia. Ambas pick-up son 4×4 y ambas llevan slicks para drag racing. La batalla está servida.
Ambos vehículos son tremendamente rápidos, pero parece que la Chevrolet es marginalmente más rápida, quizá a causa de su cambio automático de tres relaciones – ideal para estas carreras – y un peso unos 200 kg inferior. No obstante, todo cambia cuando al dueño de la F-150 le permiten instalar un kit de óxido nitroso que aporta de forma puntual unos 150 CV. Con una lanzada idéntica, y a pesar de que la Cheyenne también lleva óxido nitroso, se impone de forma clara. Tres carreras de aceleración que te recomendamos encarecidamente paladear.
