Uno de los mejores anuncios de coches de los últimos tiempos fue el protagonizado por… unas gallinas. El anuncio en cuestión es del año 2013, y hace referencia a la suspensión predictiva Magic Body Control, presente en vehículos de alta gama como el Mercedes Clase S. Esencialmente, el coche cuenta con cámaras que «leen» el firme y ajustan la dureza de la suspensión de acuerdo a sus irregularidades, con el objetivo de maximizar el confort de los pasajeros. Ahora bien, ¿qué tienen que ver las gallinas con todo esto?
Las gallinas son seres, en verdad, fascinantes. Estas aves tienen la capacidad de que su cuello compense los movimientos de su cuerpo. La cabeza siempre está estacionaria, aunque su cuerpo se esté movimiento en cualquier dirección. El motivo es que de esa forma, los órganos visuales tienen tiempo de procesar la información de su entorno de forma precisa, sin interferencias del movimiento de su cuerpo. Los humanos lo hacemos con movimientos de los músculos oculares, pero los ojos de las aves son fijos, y por tanto, es el cuello el que compensa el movimiento.
Un mecanismo evolutivo, diseñado para mejorar su supervivencia en el medio salvaje – no tanto en un corral o en una granja. El anuncio de Mercedes hace referencia a la «auto-estabilización» de la cabeza de las gallinas para referirse a la estabilidad de sus vehículos, y como el sistema Magic Body Control consigue que el habitáculo permanezca impertérrito ante movimientos de la carrocería, irregularidades del firme o el estado de la carretera. Un anuncio tan simple como genial.