El coche de Google estuvo más cerca de los concesionarios de lo que te imaginas. Aunque no se hubiera llamado Google, ni hubiera sido autónomo. Sucedió hace dos años. Tesla Motors atravesaba un momento realmente delicado, los beneficios no llegaban, el arranque de las ventas del Tesla Model S no despegaba, muchos clientes que habían formalizado reservas desistían ante las dudas y los retrasos y retiraban su reserva. Elon Musk ponía patas arriba a la estructura de Tesla Motors: necesitaban resultados, y los necesitaban ya. Según Bloomberg, en aquel momento Elon Musk ya había encontrado una solución. Su amigo Larry Page, CEO y cofundador de Google, había aceptado las condiciones propuestas por Elon Musk para adquirir Tesla Motors. Oficialmente Google tendría su coche y se llamaría Tesla Model S.
Te estarás preguntando qué sucedió para que el curso de los acontecimientos fuera tan diferente de lo que podría haber sido si Google se hubiera hecho con Tesla Motors. Elon Musk se había dado un apretón de manos con Larry Page, mientras los abogados discutían los últimos flecos del acuerdo. A priori parecía un buen negocio para todos. Tesla Motors estaría valorada entonces en 6.000 millones de dólares y Google se habría comprometido a añadir otros 5.000 millones de dólares como parte del capital necesario para expandir las fábricas de Tesla. Hoy en día, en que los rumores de compra de Apple no se detienen, hay quien dice que los de Cupertino tendrían que desembolsar más de 75.000 millones de dólares para hacerse con Tesla Motors. Casi nada…
Elon Musk no se hubiera quedado fuera de juego, ni mucho menos, y habría negociado seguir dirigiendo el devenir de Tesla Motors durante ocho años más. Incluso habría logrado un compromiso para que Google no se deshiciera prematuramente del proyecto, y resistiera al menos hasta una tercera generación de su producto (The Verge).
Y sucedió que en aquellas semanas de la primavera de 2013, en las que en Palo Alto se estaba cerrando uno de los acuerdos más importantes del año, Tesla Motors logró superar el bache. Según Bloomberg, Elon Musk reunió a los empleados de todos los departamentos de Tesla Motors, incluidas finanzas, ingeniería y diseño, y les obligó a tomar el teléfono y convencer a todos aquellos clientes que hubieran formalizado una reserva del Model S de que tenían que seguir adelante y adquirir el vehículo. Elon Musk inició su particular purga, despidió a ejecutivos senior para ascender a empleados jóvenes deseosos de hacer un gran trabajo.
Y los resultados no tardaron en llegar. Tesla comenzó a dar beneficios, a vender coches por miles, y las acciones de Tesla Motors comenzaron su acceso vertiginoso hasta nuestros días. De aquellos 35 dólares en los cuales cotizaba en marzo de 2013, se llegó a los 90 dólares en mayo de ese mismo año, y en septiembre la cotización ya llegaba a los 190 dólares. En menos de un año la cotización ya rozaba los 250 dólares y en septiembre de 2014 llegaría a su máximo histórico, 279,20 dólares, para iniciar una ligera caída hasta hoy.
Solucionado el problema, Elon Musk ya no necesitaba a Google. Y el resto de la historia ya la conoces.
En Diariomotor: 3 productos que podría lanzar Tesla Motors (y no son coches…)