Comenzó su existencia como un simple Ford en el año 1930. Un Model A, el equivalente entonces a un Ford Focus, una herramienta básica de transporte. Tras más de 80 años, su esqueleto terminó en manos de un aficionado al motor estadounidense, que decidió hacer construir una máquina especial. Llamada «The Great Depression» en referencia a la época en la que el Model A fue lanzado, se trata de un hot rod que combina el clasicismo con el fanatismo por la Fórmula 1 de su dueño. ¿La vuelta de tuerca? Componentes de un Honda S2000 accidentado.
Aunque el cuerpo del coche permanece invariante con respecto a su origen, su techo fue cortado, un «chop» como se conoce en el lenguaje del tuning. Se le han instalado enormes ruedas de competición – en ambos ejes – y un peculiar sistema cantilever de suspensión para el eje delantero, de nuevo inspirado en la Fórmula 1. Pero si hay algo que llama la atención es el gigantesco spoiler montado en la parte trasera. Acompañado de un difusor, es más alto que el techo del coche y provoca torceduras de cuello por allá donde se propone pasar.
Las sorpresas se encuentran bajo el capó, donde habita un motor de dos litros procedente de un Honda S2000. Un propulsor extremadamente puntiagudo, capaz de superar las 9.000 rpm. Un atmosférico de 240 CV, récord de potencia específica durante años. En su interior, la instrumentación digital del Honda S2000 sigue teniendo un protagonismo central. A continuación podéis ver este peculiar hot rod en movimiento, girando cabezas allá por donde pasa, así como un pequeño vídeo en el que se ve parte de su proceso de construcción.
Fuente: autoevolution
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