A «Tax the Rich» se les va de las manos. Hace unas semanas era un Ferrari F50 remolcando a un wakeboarder en un canal británico. Antes era drifting sobre hierba con un Rolls-Royce Wraith. A estos ricachones les gusta «dar caña» a sus coches y lo que nos traen en su último vídeo es una Farmkhana, según su título reza. Un simple juego de palabras en el que se combina la palabra granja con gymkhana. El protagonista es un precioso Ferrari F40 GT, una leyenda de la competición, aún con sus colores de antaño. Pasen y vean.
Preparado por Michelotto a finales de los 80, y con una potencia de casi 600 CV, es aún más exclusivo que un Ferrari F40 convencional. La gymkhana a la que se somete a este superdeportivo de la vieja escuela es sencillita, pero tiene miga. Nadie sin manos es capaz de controlar un coche así en marchas cortas. Es complicado hacerlo bailar entre conos, sin miedo a dañar sus ruedas o su pintura, y desde luego dejándolo perdido de barro. Pocos se atreverían a hacer algo así con un superdeportivo valorado en siete cifras.
Pero supongo que los chicos de Tax the Rich no son ricos cualquiera.
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