En muchas ocasiones he hecho auténticas loas al Mazda MX-5, y he decir que soy el feliz propietario de un NB2 con motor de 1,6 litros. Pero siendo sincero, el motivo por el que tengo un Mazda MX-5 es porque no me puedo permitir un Honda S2000 – ni de lejos. El S2000 es la filosofía del Miata, elevada a la máxima potencia, aun más purista y con uno de los mejores motores de toda la historia. El Honda S2000 es un coche maravilloso, pero aun puede ser mejor. Por ejemplo, si recibe un enorme turbocompresor y eleva su potencia a los 600 CV.
Los Honda S2000 de alta potencia no son tan extraños al otro lado del charco, pero en Europa, la escena del tuning de altos vuelos es mucho más reducida. La unidad en cuestión ha sido preparada en uno de los mejores especialistas en Honda de Holanda – valga la redundancia – y además de un enorme turbocompresor, cuenta con componentes internos reforzados. El propietario del coche es asiduo a trackdays, y el S2000 cuenta con suspensión deportiva, una aerodinámica muy trabajada y una completa jaula antivuelco para garantizar la máxima rigidez.
Pero el protagonista de la experiencia de conducción en primera persona grabada por AutoTop NL, es, como es lógico, el motor. El brillante dos litros desarrollaba 240 CV, pero tras ser turboalimentado, conserva el mismo régimen de giro y casi triplica su potencia. Esto es patente en la forma que tiene de ganar velocidad en cualquiera de sus marchas. Pierde tracción en tercera, en seco, y se acaba las marchas con voracidad. Además, el probador decide darse un pequeño paseo por la Autobahn para demostrar sus capacidades. El vídeo tenéis que verlo.