El Lexus LFA es un coche muy especial. Os hemos hablado largo y tendido de su construcción artesanal, y de cómo Lexus tuvo que patentar técnicas de construcción en fibra de carbono para poder fabricar este superdeportivo. Sí, hay otros coches más rápidos y otros mucho más baratos con mejores prestaciones, pero esa comparación es no entender al Lexus LFA. El LFA es pura excelencia técnica, pura orquesta mecánica. Una orquesta de viento instrumentada por un brillante y agudo motor Yamaha, un 4.8 V10 de 560 CV.
Este atmosférico gira a más de 9.000 rpm, con uno de los aullidos mecánicos más sobrecogedores que hemos escuchado en mucho tiempo. Mi compañero David Villarreal pudo conducir una unidad en el aeropuerto de Ciudad Real – sí, ese que ha sido vendido por sólo 10.000 euros hace unos días – y recuerda su sonido como uno de sus atributos más espectaculares y característicos. ¿Qué ocurre cuando se mete a un Lexus LFA en un túnel y se juega con sus marchas? Pues algo parecido a lo que ocurría en los GP de Fórmula 1 de antaño.
Que el placer auditivo se eleva al máximo exponente posible. Los túneles ya de por sí hacen que los escapes resuenen en sus paredes, amplificando su impacto auditivo. Es uno de mis placeres favoritos con un coche prestacional de buen sonido: acelerar hasta el corte en un túnel para deleitar mis oídos. Cuando el coche es una máquina del nivel del Lexus LFA, este disfrute adquiere una dimensión desconocida. Yo ya no puedo esperar más, así que aquí os dejo el vídeo que os va a alegrar el día.
Fuente: autoblog.gr
En Diariomotor: Lexus LFA, prueba de velocidad en el Aeropuerto de Ciudad Real