Esta misma noche rescatamos en Facebook la historia del Lamborghini LM002. Un dinosaurio, un todoterreno nacido de un fallido proyecto militar, lanzado a las calles con el sediento motor V12 del Lamborghini Countach. Una historia cargada de anécdotas, amargura y expectativas incumplidas, regada por los excesos de los años 80. Un lector – gracias Iván – nos comentó un detalle sobre el Lamborghini LM002 que habíamos olvidado, aunque en su momento yo mismo lo recogiera en mi artículo a fondo sobre el todoterreno italiano.
Fue Irizar, en su fábrica de Ormaiztegi (Guipúzcoa) la que fabricó diversos componentes del interior del vehículo. También fue el carrocero vasco el que fabricaba gran parte de sus paneles de carrocería, muchos de ellos fabricados en materiales compuestos, sobre los que se aplicaba una capa de pintura. El contrato de Lamborghini con Irizar se forjó en 1986, pero diversas fuentes hablan de una relación complicada entre ambas empresas. Al parecer, los italianos no estaban demasiado contentos con la calidad del trabajo de Irizar.
Lamborghini montaba en Santa Ágata los paneles e interior del LM002 sobre el chasis, construido en Italia. Parecer ser que en repetidas ocasiones tuvieron que repasar piezas o incluso desechar otras piezas. Sea como fuere, es un detalle curioso en la historia de Lamborghini, y aún más curioso en la historia del carrocero vasco. La próxima vez que subas en un autobús Irizar, probablemente te acuerdes de esta historia. ¿Acaso pensabas que lo único que el LM002 y un autobús tenían en común era el consumo de combustible?
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