Feliz y orgulloso. Así veíamos a Christian von Koenigsegg en el Salón de Ginebra. No era para menos. El sueco ha vuelto a desafiar una vez más a los fabricantes de superdeportivos con más solera. Ha vuelto a desafiar una vez más los límites de la técnica y la ingeniería. Ha hecho gala, una vez más, del espíritu innovador que persigue su marca, el negocio familiar, que luce con orgullo su apellido. Nos ha mostrado que la hibridación y la propulsión eléctrica es algo más que un truco para torear las restricciones medioambientales futuras. Nos ha mostrado el nuevo Koenigsegg Regera, una bestia que en 20 segundos, el tiempo que muchos hiperdeportivos tardarían en alcanzar los 300 km/h desde parado, ya circularía a velocidades de récord, a más de 400 km/h. Y todo ello prescindiendo de una caja de cambios tal y como habíamos entendido hasta la fecha.
En 2012 visitamos su fábrica y conocimos su visión del hiperdeportivo. Conocimos la visión de un perfeccionista. Del fundador de una de las firmas con mejor reputación de la industria de los deportivos con las mayores prestaciones del mercado, que apenas se separa de su retoño en un evento tan estresante y sofocador como el Salón de Ginebra. De un hombre que se encarga personalmente de abrochar el cinturón de los periodistas que suben a sus máquinas, como nos contaba Daniel Seijo en su visita a sus instalaciones en Ängelholm, Suecia.
Con el espíritu pionero de los que se embarcaron para cruzar el Atlántico y descubrir una nueva ruta marítima a las Indias, Christian von Koenigsegg sigue perfeccionando sus deportivos para seguir dando grandes pasos. En el Salón de Ginebra estuvo supervisando las visitas de los que allí estuvimos presentes a su nuevo Koenigsegg Regera. Mostrando detalles tan curiosos como el de su inmenso alerón retráctil, que puede plegarse para quedar perfectamente camuflado en la carrocería.
En el Koenigsegg Regera cualquier detalle de carrocería, no revestido con acabado de pintura, nos dejaba ver su fibra de carbono pulida y abrillantada.
Incluso sus llantas son de fibra de carbono. Los neumáticos, unos Michelin Super Sport, han sido creados exclusivamente para este coche.
En este coche no falta ningún detalle. Tampoco el famoso emblema del «luchador fantasma» en honor a los escuadrones aéreos del ejército sueco que en los años 40 utilizaban el hangar en el que ahora se erigen las instalaciones de Koenigsegg.
El habitáculo, una vez más, una exquisita combinación de funcionalidad, con un cuadro de mandos enfocado en el conductor; lujo y confort, con materiales nobles y acabados de gran calidad; y tecnología.
Lo más interesante: saber que el Koenigsegg Regera llegará a comercializarse.
Otro detalle espectacular, el del difusor trasero de fibra de carbono con un sistema de escape diseñado a medida por Akrapovic ensamblado en una superaleación rica en titanio basada en el Inconel (ver Wikipedia).
Un detalle más del perfeccionismo de Christian von Koenigsegg. Con un día muy largo por delante, el martes, a primera hora de la mañana, cuando el Koenigsegg Regera aún no había sido revelado y algunos nos acercábamos por su stand para saber un poco más acerca de su gran sorpresa, Christian estaba ultimando los detalles en uno de sus deportivos allí presentes, el Koenigsegg CC8S, el primero de su saga de hiperdeportivos.
En Diariomotor: Koenigsegg Regera: una locura de 1.782 CV ¡Y sin caja de cambios!