El perfil de propietario de Lamborghini es de lo más variado. Por una parte, tenemos los aficionados hardcore al superdeportivo italiano, pero también tenemos a ricos que desean simplemente ser vistos en un coche muy llamativo y muy caro. Pensad en un perfil tipo Justin Bieber, para haceros una idea. El Aventador es el coche más potente y exclusivo de los de Santa Ágata – con permiso de los Veneno – y parece ser que no habrá una versión radical de tracción trasera. La cuestión es por qué Lamborghini ha tomado esta decisión.
En Lamborghini no han dicho de forma expresa que el potencial de su 6.5 V12 de 700 CV – 750 CV en el caso de los Aventador SV – es demasiado para sus clientes. Han sido elegantes y han dicho que sus enormes prestaciones no son aprovechables sin un sistema de tracción total permanente. Todos los sistemas internos de control del coche, así como su transmisión o ayudas electrónicas, están pensados para un coche de tracción total. Por eso todas sus variantes retendrán de forma invariable el esquema de tracción integral.
Sin embargo, tras varias simulaciones computerizadas, no han tenido problema en crear una versión de tracción trasera del Lamborghini Huracán, el LP580-2. De acuerdo, «sólo» tiene 580 CV de potencia y su motor 5.2 V10 tiene dos cilindros y 1,3 litros menos de cilindrada. El Huracán comparte plataforma con el Audi R8, que sólo se ofrecerá con tracción integral permanente. Si leemos entre líneas, parece sensato pensar que no producir un Aventador de tracción trasera podría responder a motivos comerciales.
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Fuente: Autocar
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