Circuito de Bahrain. Como cada año, se celebran las series de carreras de aceleración de la BDRC (Bahrain Drag Racing Championship), en la recta de meta del Bahrain International Circuit, en Sakhir. Los mejores coches y los mejores pilotos de la zona se reúnen para demostrar sus habilidades. Y entre tanto, un brutal Lexus IS-F de 3.000 CV preparado para estas carreras de aceleración, en línea recta, levanta el morro, despega y se sale de la pista, saltando una valla de varios metros de altura.
Antes de seguir, confiemos en lo que dicen en la descripción de este vídeo. El piloto salió por su propio pie del coche y sin un rasguño. Imaginamos que el coche estaba bien preparado con las medidas imprescindibles de seguridad en competiciones de este tipo y con unos buenos asientos y arneses que evitasen daños mayores. Según EKanooRacing, sus creadores, contaba con una jaula de seguridad.
El coche, es un Lexus IS-F preparado, que además del V8 que empleaba de serie este sedán deportivo, habría recibido un sistema Twin-Turbo para propulsarlo con la rapidez que se aprecia en este vídeo y que por poco le cuesta un disgusto a su conductor. Desarrollaría potencias máximas en torno a los 3.000 CV, con la intermediación de un convertidor de par pensado para este tipo de pruebas. Aunque originalmente se base en un IS-F de 2011, la mayor parte de su carrocería ha sido construida en fibra de vidrio y fibra de carbono para aligerarlo. Muchas piezas del chasis y revestimientos del habitáculo han sido sustituidas por piezas de titanio (EKanooRacing).
Sin más datos, es muy difícil precisar qué sucedió. Da la sensación de que, por alguna causa que desconocemos, el morro comienza a levantarse y llega a un punto en que la presión aerodinámica sobre la base a esa velocidad es tan alta que acaba realizando un salto mortal invertido. Es una historia que ciertamente nos recuerda a aquellos Mercedes «voladores» de Le Mans (vídeo en Youtube).
En Jalopnik criticaban que sus creadores no hubieran sido capaces de identificar el problema, y de solventarlo con más carga aerodinámica. Pero lo cierto es que estos defectos en ocasiones no parecen tan sencillos de identificar, especialmente cuando surgen en condiciones muy especiales, en una pista determinada, o incluso en una sección del circuito concreta. Si hubiera sido tan sencillo identificarlo durante las pruebas, Mercedes no habría tenido tantos problemas en aquellas 24 Horas de Le Mans de 1999, en las que, por cierto, volaron varios de sus coches.
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