El Mercedes SLR fue uno de los tres superdeportivos de la década pasada, junto al fantástico Porsche Carrera GT y el exclusivo Ferrari Enzo. Quizá pasó algo más desapercibido que el italiano y el alemán, pero gracias a los 626 CV de potencia – procedentes de un motor 5.4 V8 Kompressor – era tan rápido como estos. Disfrazado como un GT de altísimos vuelos, fue el primer Mercedes de producción en emplear aerodinámica activa. Y debes tener mucho cuidado de no cambiar de lado sus llantas. ¿A qué se debe esto?
El diseño de las llantas de 19 pulgadas del Mercedes SLR de producción no era casual. Estaban diseñadas para ayudar a la correcta refrigeración del equipo de frenos carbono cerámicos, evacuando el calor generado por los mismos. En un uso exigente en circuito, los frenos podían calentarse de forma considerable – no olvidemos que el coche pesaba la friolera de 1.768 kilogramos – y el hecho de montar las llantas del lado derecho en el izquierdo (o viceversa) impedía la correcta disipación del calor de los frenos.
No me estoy inventando nada, y de hecho es la propia Mercedes la que pedía precaución a la hora de montar las llantas. La infografía de la que he sacado esta información no hace referencia a los SLR 722 o a las versiones Stirling Moss, por lo que entiendo que las necesidades de refrigeración habrían sido solucionadas de otra manera, quizá canalizando directamente aire desde el frontal sobre los discos de freno. Es en cualquier caso una curiosidad interesante.
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