Estoy seguro de que habréis visto algún vídeo de algún carísimo superdeportivo acelerando su motor, quemando rueda o en general, llamando la atención más de la cuenta en Londres. Es una estampa habitual en la zona de Knightsbridge y otras zonas opulentas de Londres. Muchos nuevos ricos – de origen medio-oriental en gran parte – pasan el verano en la capital inglesa y se llevan consigo a sus preciadas máquinas. El problema es que en Londres están hartos de su comportamiento incívico, y le van a poner fin de forma tajante.
Bien sabemos que las multas tienen un efecto disuasorio muy bajo en alguien que se puede permitir comprar un Lamborghini Aventador o un Rolls-Royce Phantom. Por ello, los barrios de Chelsea y Kensington están impulsando una medida que convertiría en una ofensa criminal el sobrerrevolucionar el motor en ciudad, dejar los coches encendidos por largos periodos de tiempo mientras están detenidos o incluso circular en grupos. Varios accidentes, carreras callejeras y quejas de los vecinos han motivado esta medida.
Por supuesto que es legal tener un superdeportivo y disfrutar de él. Poner en peligro a los demás viandantes y conductores y molestar al prójimo es otra cosa. Según el London Evening Standard, son los residentes retirados los que se quejan fundamentalmente, mientras que los dueños de estos carísimos vehículos creen que no son tan ruidosos, aunque admiten que el comportamiento infantil de algunos ricos mancha la imagen de todos los demás. En cualquier caso, Londres dejará de ser el patio de recreo para muchos capitales.
Imágenes: OkNowLet’sGo
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