Eres como «Matías el Humilde», te sobra el dinero. Pero tienes un poco más de gusto, y lo que haces es lo que cualquier petrolhead adinerado haría: te compras una mansión en la campiña inglesa con un circuito asfaltado en el jardín. Quizá no llegues al nivel de Lord March y el Goodwood Estate, pero él juega en otra liga. La casa que os mostramos en este artículo es el paraíso de un aficionado a los coches: además del circuito, tiene multitud de garajes y espacio para esos juguetes de cuatro ruedas que tanto te gustan.
«Si yo fuera rico…» decía la canción. Si yo fuera rico me compraría sin dudar esta propiedad situada en Mid Ulster, en Reino Unido. La parcela tiene más de 130.000 metros cuadrados, de los cuales una tercera parte tranquilamente están ocupados por una pista asfaltada, con pianos y todo. No es una gran pista y quizá tenga unos 500 metros de largo, pero tiene que ser una gozada con un pequeño GTI como un Abarth 500 o con un kart potente. Os aseguro que tendría entretenimiento diario tras el trabajo.
En su garaje deberían caber un mínimo de seis coches – si no más – y cuenta con un taller dedicado para trabajar sobre ellos. O si eres muy rico, pagar a alguien para que trabaje en tus coches. Además, la casa cuenta con dos pisos, multitud de habitaciones y un agradable ambiente, con su interior forrado en madera. La guinda del pastel es una «habitación de juego», un espacio extra que puede ser ideal para convertirlo en una «man cave«, un espacio para ver películas, jugar a videojuegos o decorar con motivos automovilísticos.
Quién fuera rico.
Fuente: GTSpirit
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