¿Se acabaron los verdaderos todoterreno? ¿No hay futuro para el todoterreno en un panorama en el que los SUV se han convertido en el coche favorito de los europeos? Que se lo digan si no al Mercedes Clase G, un todoterreno a la antigua usanza que lleva fabricándose desde hace nada más y nada menos que 37 años, fiel a la estética y el concepto original. ¿Ha llegado el momento para buscar un sucesor para el Mercedes Clase G? Imaginamos que en Mercedes-Benz lo tienen claro. Las 20.000 unidades que se han producido este año son un fiel reflejo de que la filosofía del Mercedes Clase G sigue vigente, su demanda sigue creciendo, y que tendremos todoterreno para rato. ¿Pero sabías que el Mercedes Clase G no se produce en una fábrica de Mercedes-Benz?
Desde 1979, Mercedes-Benz ha confiado la producción del Mercedes Clase G a la antigua Steyr-Daimler-Puch, ahora conocida como Magna Steyr. Este fabricante de automóviles se ha encargado de producir automóviles de muy diversa índole, y de varias marcas europeas, apoyando la capacidad de la marca, especialmente cuando se trataba de producir vehículos en cupos muy limitados.
El Mercedes Clase G se fabrica en las líneas de Magna Steyr en Graz, en Austria. Como sucede desde hace más de un lustro con el Mini Countryman, y como sucediera con otros productos como el Aston Martin Rapide, y a punto estuvieran de fabricarse los Porsche Boxster y Cayman, cuyo contrato acabó en manos de Karmann.
Desde que comenzase a fabricarse en 1979, se han producido más de 250.000 unidades del Mercedes Clase G.
Mercedes-Benz confiesa que una de las grandes virtudes del Clase G reside en su capacidad de personalización. Este mastodonte, diseñado para disfrutarlo fuera del asfalto, arranca por encima de los 100.000€ en los concesionarios españoles. Si te lo propones, puedes hacerte por más de 315.000€ – y decenas de miles de euros en opciones de personalización y diferentes extras – con un Mercedes Clase G con el sello de AMG y motor de doce cilindros en uve, el Mercedes-AMG G 65.
A nivel global, tampoco deberíamos olvidarnos que prácticamente uno de cada dos Mercedes Clase G que se fabrican cuenta con el sello de Mercedes-AMG. El Mercedes-AMG G 63, una versión más civilizada que el G 65, arranca por ejemplo en los 165.000€.
Otro dato curioso, sin duda, es que la gran mayoría de los Mercedes Clase G fabricados en Graz no acaban en Europa. China, Rusia y Oriente Próximo se han convertido en la clave para conseguir que, 37 años más tarde, el Mercedes Clase G siga aumentando sus ventas a un ritmo que parece imparable.
Fuente: Mercedes-Benz
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