Imagina que eres el propietario de un carísimo Mercedes G 63 AMG. Aunque sea una versión atmosférica de hace años, este Mercedes Clase G habrá costado más de 200.000 euros. Ya que tienes en tus manos una poderosa herramienta para salir del asfalto, puede que te animes a modificarlo ligeramente y aventurarte fuera del asfalto. Incluso atreverte a atravesar trialeras y pequeños vadeos. Todo correcto hast aquí. Porque seguramente lo harías con cuidado y respeto por la mecánica del vehículo. No es el caso de este vídeo.
Al parecer todo ocurrió en Ucrania, en un evento todoterreno en la zona de los Cárpatos. El propietario de un Mercedes G 63 AMG quería demostrar su opulencia y económica y las capacidades de su todoterreno. Lo único que acabó demostrando fue una total falta de conocimientos de conducción off-road. Su coche estaba de serie, con apenas unos nuevos neumáticos y una suspensión ligeramente elevada. Machacar el acelerador contra los obstáculos no es la mejor estrategia para superarlos – aunque el coche los acabe superando.
Se tira al vadeo como si no hubiera un mañana, arriesgándose a la entrada de agua en la admisión. Los chapuzones en coche como en la piscina, mejor poco a poco para evitar «cortes de digestión». Se queda atascado en repetidas ocasiones, dando marcha atrás y arremetiendo contra el obstáculo, hasta superarlo a base de fuerza bruta. El pobre Mercedes Clase G digiere el circuito off-road, humeando vapor de agua a causa del agua en bajos y motor. Sobrevivirá, pero no olvidará esta grave tortura. Y puede que no la aguante muchas veces más.
Él no lo haría. Incluso los todoterrenos más duros y robustos son frágiles en malas manos.
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