Cómo están las cabezas, que diría aquél. Meter la marcha atrás mientras circulamos hacia delante es una mala idea, especialmente si valoramos la integridad física de nuestra caja de cambios y no nos apetece soltar unos cuantos miles de euros en una caja nueva. Porque realmente es la forma más rápida de destruir una caja de cambios. Quizá el propietario del Ford Ranger que protagoniza este vídeo quería deshacerse de su caja de cambios, o quizá lo que quería era ver qué pasaba cuando metes marcha atrás a 60 kilómetros por hora. Si valoráis vuestros coches, no se os ocurra intentarlo.
El Ford Ranger del vídeo – visiblemente antiguo y muy ajado – monta una caja de cambios manual, y con suficiente fuerza, es posible forzar la entrada de la marcha atrás. Acto seguido tendrás que soportar la tortura mecánica de sus engranajes, ya que no está sincronizada y tu coche se está moviendo hacia delante a mucha velocidad. Lo curioso es que el «ingeniero» consigue meter la marcha atrás, lo que provoca un instantáneo bloqueo de las ruedas traseras, que contrarresta acelerando a fondo. ¿Ha acaso inventado el burnout inverso?
Tras detenerse, vuelve a salir hacia delante a toda velocidad, quemando rueda como si no hubiera un mañana. Sorprendentemente el coche parece seguir funcionando. Digamos que ha tenido suerte: el poco peso trasero de la pick-up, combinado con la transferencia de masas a su parte delantera, ha permitido que llegue antes la pérdida de tracción que la rotura de engranajes.
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