Un cambio de aceite es posiblemente una de las tareas más sencillas del mantenimiento básico de un coche, una operación que sólo está superada en sencillez por tareas como rellenar el depósito del líquido limpiaparabrisas (a no ser que tengas un Alfa Romeo 4C claro). Junta inexperiencia con desconocimiento, atrevimiento y una pizca de falta de sentido común y lo que apuntaba a ser un rápido rellenado de líquido jabonoso para poder seguir disfrutando de un cristal limpio se ha convertido en una auténtica catástrofe de aspecto un tanto desagradable.
Hemos visto motores circular con un aceite que tendría que haberse cambiado hace unos cuantos años, motores que se estremecen circulando sin aceite hasta su fallecimiento, experimentos en los que la Coca Cola sustituye al aceite… pero lo de hoy… lo de hoy se antoja un tanto inaudito.
Sí, lo que hay bajo esa repugnante masa viscosa es un motor, el motor de un MINI. ¿Qué como ha llegado a tener ese aspecto? Todo empieza con una propietaria dispuesta a rellenar de líquido limpiaparabrisas el depósito de rigor… que se equivoca de orificio. Y claro, nada bueno puede ocurrir después de esto.
5 litros. 5 litros de líquido limpiaparabrisas vertidos a través del orificio para rellenar de aceite del motor. 5 litros de “detergente” mezclados con aceite moviéndose a través de un motor en marcha… un motor que aún así siguió funcionando y fue capaz de llevar a nuestra germana protagonista hasta su taller de confianza tras ver cierto humo azulado salir del escape…
No nos podemos imaginar la cara que puso el mecánico al ver semejante estropicio. También tuvo que ser digna de ser vista la cara de la propietaria de este MINI tras descubrir el entuerto realizado… lo que sí que podemos imaginar es el final del motor de este MINI. Muerte por sobredosis de líquido limpiaparabrisas, con una foto para el recuerdo que va directa a la cámara de los horrores mecánicos.
