Es la pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez. ¿Qué ocurrirá si inflamos un neumático muy por encima de su presión recomendada? En la mayor parte de coches, las presiones de servicio rondan entre los 2 y 3 bares, más cercanas a 3 si circulamos con mucha carga. Si hinchamos los neumáticos por encima de estas presiones, provocaremos un desgaste irregular de los mismos – por el centro de la banda de rodadura, en vez de uniformemente – y nuestro confort a bordo se verá perjudicado. Ahora bien, a nadie en su sano juicio se le ocurriría quintuplicar la presión recomendada. Porque esto es lo que sucederá.
El experimento se ha llevado a cabo por un grupo de youtubers, usando unos neumáticos viejos, que posiblemente llevaban 25 años sin usarse. Han hecho trampa, porque la goma de estos neumáticos está completamente vulcanizada, y es mucho más frágil que la de un neumático moderno – que además es más fuerte y construido con tecnologías superiores. El compresor de aire que usaron dejó de suministrar más presión al llegar a 12 bares, y el neumático no mostraba signos de decir basta aún. Necesitaban algo más grande: un depósito de CO2 a presión, capaz de dar una presión máxima superior a los 17 bares.
Al llegar a unos 15 bares, el neumático dijo basta, abriéndose un enorme desgarro en la junta que separa la banda de rodadura del flanco del neumático. La explosión del neumático se ha asemejado más a la de un explosivo, llegando a saltar 20 metros hacia arriba. Por suerte, filmaron la escena a una distancia prudencial. Nos queda la duda de saber qué habría sucedido con un neumático nuevo. Posiblemente no hubiese reventado, soportando mucha más presión.