En la legendaria fábrica de Nismo en Omori (Japón), los especialistas en motorsport de la marca japonesa llevan a cabo un proceso de restauración muy especial. Son los técnicos con más experiencia de Nismo los que se encargan de devolver a su estado original a algunos de los coches más especiales de Nissan, entre los que está el Skyline GT-R R32. Un proceso de restauración que nos enseñan en vídeo, creado con una atención al detalle que sólo podemos definir como absolutamente enfermiza. Y absolutamente fascinante.
Antes de nada, quita el sonido al vídeo. La música no merece la pena, y convierte al vídeo en un instrumento promocional burdo, y no en un vídeo relajante y pausado. ¿Lo has quitado? Bien, podemos continuar. El proceso de restauración de estos GT-R R32 es exhaustivo, hasta el punto de que todos sus componentes técnicos son reconstruidos o reemplazados por componentes de nueva factura. La propia carrocería del coche es repintada de nuevo, previo paso por una bañera de galvanización. Sí, tal y como cuando el coche fue construido.
Gracias a que Nissan ha vuelto a producir piezas de uno de sus clásicos más queridos – gran parte de culpa la tiene el legendario estatus de su motor RB26DETT de doble turbo secuencial – el interior del coche y su mecánica lucen igual o mejor que cuando el coche era nuevo. Cada coche que pasa por esta restauración de casi 380.000 euros es sometido a una prueba en banco de potencia, y una prueba de manejo en circuito. Es un precio altísimo, pero es el precio a pagar por volver a estrenar un coche que se dejó de producir en el año 1993.