Generalmente, los conflictos laborales se resuelven con negociaciones, movilizaciones que pueden ir desde paros y manifestaciones, hasta las huelgas, y otras acciones que han ido evolucionando a lo largo de casi dos siglos de movimientos obreros. Lo que no es nada habitual es ver cómo un grupo de trabajadores destruye la oficina del CEO de la empresa para la que trabajan. Esto ha sido precisamente lo que ha sucedido en Corea. Un grupo de trabajadores destruyó en unos minutos la oficina del CEO de General Motors en Corea del Sur, y la escena quedó inmortalizada en un vídeo grabado por las cámaras de seguridad.
Este grupo de trabajadores cumplió el sueño de muchos, el de entrar en la oficina de su jefe y emprenderla a golpes con todo lo que encontraron a su paso.
La razón que defendían, y probablemente perdieron los trabajadores con su decisión, tenía que ver con la congelación de algunas de las bonificaciones previstas por la empresa, para resolver una situación financiera muy delicada, que se ha agravado en los últimos meses con la caída de las ventas.
Según comentan en CNET, las ventas de General Motors en Corea del Sur se han hundido en los últimos meses. En marzo las ventas cayeron un 58% interanual, acelerando una tendencia a la baja que ya hizo que la caída en febrero con respecto a 2017 fuera del 48%.
Esta situación habría obligado a General Motors Corea a preparar un plan financiero de recortes, en el que se habrían introducido medidas como la congelación de algunos bonuses que la empresa se había comprometido a ofrecer, lógicamente de manera voluntaria, a sus trabajadores. En estos momentos estas imágenes ya están en manos de las autoridades coreanas, y General Motors, como no podía ser menos, ha denunciado los hechos ante la policía.
Mientras tanto, General Motors sigue estudiando cómo superar este bache y mantener su actividad en Corea del Sur. Y es que la experiencia europea, la venta de Opel, la marcha de General Motors de nuestro mercado, y las informaciones que han trascendido en los últimos meses, apuntan a que la retirada de General Motors de Corea del Sur podría estar incluso valorándose.