Nuestros amigos rusos de Garage 54 vuelven a la carga con un nuevo experimento automovilístico. Si no los conoces, es uno de los 10 canales de YouTube internacionales que recomendamos encarecidamente. El motivo son sus experimentos de lo más variopinto y loco, y una muestra excelente de su saber hacer es este vídeo. A un viejo Lada Samara le quitan su paragolpes de plástico y lo reemplazan por una barra de hierro en la sueldan varios muelles, procedentes de desguace. ¿Qué podría salir mal? Pasen y vean, queridos lectores.
La premisa de este vídeo, la hipótesis, es que este paragolpes de muelles conseguiría evitar la mayor parte de daños al vehículo, provocando su rebote y absorción del impacto. Ni cortos ni perezosos, construyen la barra amortiguadora, la sueldan al frontal del coche y se dirigen a una pared de cemento con el objetivo de verificar su hipótesis – método científico en estado puro. A muy baja velocidad el coche rebota con fuerza, y lo sigue haciendo a poco que se aumenta la velocidad. La verdadera prueba de fuego llega a velocidades de circulación.
Para ello, se bajan del coche y mediante la técnica del ladrillo y la cuerda, estrellan el coche contra la pared a unos 20-30 km/h. El resultado no es excelente, ni mucho menos. La barra de refuerzo destroza la pared y la absorción del impacto es insuficiente. El resultado es un coche siniestro total, con su frontal destrozado y su chasis doblado como si estuviera hecho de cartón. El resultado del experimento es el esperado: es una idea loca que funciona a muy baja velocidad, pero es poco recomendable (desastrosa) a velocidades de circulación.