Estaba imaginándome a unos soldados dirigiéndose al frente, en el fragor de la batalla, en este vehículo, y la cara de asombro que se le quedaría al enemigo al verlo. Y solo venían a mi mente chistes de Gila y sus historias autobiográficas sobra la guerra. Pero al parecer este vehículo no es un chiste, ni una broma. Se llama Partisan One y es la creación de un ingeniero ruso, que se propuso crear un vehículo militar regresando a la esencia, y los orígenes, de lo que debería ser un vehículo militar ligero, como lo fuera antaño el Jeep y alejado de obras complejas de ingeniería. Aparentemente, este vehículo debería montarse en un momento, y en cualquier sitio, y ser a prueba de bombas. Tan resistente que ofrecerían nada más y nada menos que 100 años de garantía.
La esencia de los vehículos militares ligeros de antaño residía en que, siendo sencillos, y robustos, contaban con la capacidad de ser desplegados en cualquier campo de batalla. Bastaba con enviar los coches, bien empaquetados, en una caja, para que en cuestión de minutos, u horas, pudieran ensamblarse en la retaguardia y desplegarse en muy poco tiempo.
Esa es precisamente la filosofía del Partisan One, que promete ser tan sencillo de montar como un Ikea. Pero eso no es todo.
Sus creadores habrían creado un coche ágil y eficaz en terrenos complejos, con una autonomía de entre 600 y 900 millas o, lo que es lo mismo, entre 965 y 1450 kilómetros, y capaz de resistir explosiones. Tal y como decían en CNET estos días, este vehículo parte de la premisa de que, aunque hoy en día puedan crearse vehículos todoterreno militares muy sofisticados, si lo que quieres es desplegarlos rápidamente has de crear un vehículo extraordinariamente simple. Y ahí es donde el Partisan One no tiene rival.
Tenemos ciertas dudas al respecto de que este vehículo pueda acabar siendo suministrado a algún ejército. Entre otras cosas por el hecho de que las necesidades de un ejército moderno disten mucho de las que antaño pudieron tener vehículos militares como el Jeep.
En cualquier caso no deja de ser curioso, ¿no crees?