A estas alturas ya no debería sorprendernos demasiado. Pero sigue resultándonos curioso que la estética, a menudo, intente emular elementos técnicos que deberían ser funcionales, y en la práctica no lo son, para mejorar el diseño de un coche. Y es que, a fin de cuentas, compramos con los ojos. El diseño de un automóvil es una de los aspectos más importantes a la hora de decantar la decisión de compra de un cliente hacia un producto u otro. Pero no por ello vamos a dejar de lamentarnos porque la imagen de una salida de escape falsa siga extendiéndose por cada vez más productos. Aunque ello no impida que – tal y como os contamos en nuestra prueba del Mercedes Clase E Coupé – siga pareciéndonos uno de los coupés más bonitos del mercado – a mí me parece el que más – y ofrezca confort y tecnología dignos de un gran turismo incluso más caro. Pero veamos cómo y por qué se han integrado así los escapes del Mercedes Clase E Coupé en diferentes motorizaciones.
independientemente del acabado o el motor escogidos
Decíamos que generalmente la razón más determinante a la hora de instalar salidas de escape falsas en un coche es la búsqueda de una estética determinada. El proceso de desarrollo de un automóvil no es nada sencillo y a menudo plantea numerosos dilemas a diseñadores e ingenieros, que no siempre se resuelven con una solución que satisfaga a ambos. Y casos como este suceden en las mejores familias, incluidas las versiones más deportivas de Audi, sus RS, hasta ilustres superdeportivos italianos.
Mercedes-Benz nos insistía en que buscaban una imagen muy deportiva para el Mercedes Clase E Coupé, y ya no solo en las versiones más equipadas o dotadas de motores potentes, y apostamos que los diseñadores no quisieron renunciar a unos cromados que resaltaran las salidas de escape, fueran verdaderas, o falsas, como tampoco renunciaron a ello en otros productos de la casa.
En la primera imagen ya veíamos el resultado de esconder las salidas de escape, que esconde a cada lado, un Mercedes Clase E Coupé de seis cilindros (el E 400 Coupé de 333 CV) y no es muy diferente al de un Mercedes Clase E 300 Coupé de cuatro cilindros y 245 CV de potencia. Mercedes-Benz conseguía con ello una salida de escape con formas más caprichosas, en las que integrar un cromado que no se ensuciará tanto y que permitirá jugar más con los acabados de exteriores a la hora de perfilar la gama.
El caso del diésel es aún más flagrante. La presencia de dos colines de escape, juntos, y a un lado, en un Mercedes Clase E 220d Coupé de cuatro cilindros y 194 CV de potencia, no podía impedir la existencia de los correspondientes cromados que emulan dos salidas de escape, una a cada lado. Y por ello se recurrió a una solución tan poco decorosa como esta, en la que las salidas de escape reales apuntan hacia la carretera. En este caso, además, nos encontramos con un ejemplo práctico de la funcionalidad que ha conseguido Mercedes-Benz. Orientar las salidas de escape hacia el asfalto ayuda a reducir el hollín que a menudo se acumula en la parte trasera de nuestros coches, y emitida por el escape. Un caso similar al que veíamos hace poco en Peugeot.
En definitiva, esto no son detalles premium, pero tampoco pueden deslucir un producto que nos ha parecido redondo. Un producto que, insistimos, probablemente sea el mejor coupé, no tanto por deportividad, sino sobre todo por confort, calidad percibida, y tecnología, que se puede pagar por su precio.
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