Jamás hubieras podido imaginar que existiera una danza tan bella y mágica, como la que se baila en las lineas de ensamblado de motores de Porsche en Zuffenhausen. Y así es cómo se fabrica el motor del Porsche 911. Imagina una gran colmena de abejas trabajadoras humanas y abejas trabajadoras robotizadas, la máxima sincronización posible en un entorno de alta tecnología en el que el reparto de tareas está perfectamente organizado. Y el más preciado producto de este trabajo no es otro que un sueño, una historia que vivir y contar a sus descendientes para cada uno de los propietarios que acabarán disfrutando del Porsche 911 que montará sobre sus hombros uno de estos motores de seis cilindros enfrentados.
Resulta complicado, incluso, comprender el encanto de esta danza sincronizada. De un vídeo que carece de banda sonora, de una melodía épica al más puro estilo Hans Zimmer que sus productores hicieron bien en ahorrarse. El único sonido que se escucha en este vídeo es el repicar del encaje de piezas y tornillería, el encantador sonido robótico de los brazos articulados que colocan la culata y ajustan cada tornillo. No se escucha, o al menos es inteligible, conversación alguna, entre motor y motor los operarios tal vez hablen del Stuttgart – Borussia que se jugará en unas semanas. Pero, ¿que conversarán entre ellas, entre tornillo y tornillo, estas máquinas?
En alguna de las tomas sorprende la longitud de las líneas de ensamblado, la cantidad de motores que puede producir esta factoría en un solo día. Cuesta imaginar los complicados comienzos de Porsche que ya os contábamos en la épica historia de los 50 del aserradero de Gmünd, a finales de los años cuarenta, con la crisis que sucedió a la Segunda Guerra Mundial. En los años cincuenta abría sus puertas Zuffenhausen, con un taller realmente sencillo en el que cada uno de los motores del Porsche 356 se ensamblaba a mano por un empleado. Hasta los años sesenta no se alcanzaría una producción, por decirlo de alguna forma, en grandes números, con un volumen de 30 motores diarios.
Has de saber que hoy en día Zuffenhausen es capaz de su ministrar la friolera de 80.000 motores cada año. Y, lo creas o no, eso no es suficiente para cubrir con las necesidades de Porsche. Tanto es así que recientemente, hace unas semanas, Porsche anunciaba la inversión de 300 millones de euros en una ampliación de sus instalaciones en Zuffenhausen que se centrará especialmente en la apertura de una nueva instalación de motores en la Porsche Werk 4, 28 hectáreas de espacio sobre las que hasta ahora se erigían edificios de administración y finanzas de la marca y aprovechando la coyuntura de una antigua fábrica de cableado. Impresionante una vez más, ¿no crees?
Muchas gracias a nuestro lector Manuel Carvajal (@carvajaluchi) por esta pista.
Fuente: Porsche | Vía: Microsiervos
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