Llevando la dieta del coche a los extremos, involuntariamente. Es lo que le ha pasado al piloto de un BMW M3 E46 hace unos días en pleno Nordschleife, en Nürburgring. El coche estaba tomando parte en un track-day o una carrera, y claramente se trata de un vehículo muy modificado, preparado y aligerado. Carece de paneles de aislamiento, ha reemplazado su caja de cambios por una unidad secuencial y sólo tiene un asiento, el del conductor. Lo que quizá el piloto del BMW no esperaba era perder una puerta mientras rodaba a casi 300 km/h.
Sucedió tras la recta de meta del Nordschleife, tras adelantar a mucha velocidad a un Porsche 911. El problema parece haber sido el cierre defectuoso de la puerta aligerada. El aire se cuela por el extremo superior de la puerta, y a 280 km/h ejerce tanto presión, que la arranca del coche de cuajo. La puerta sale volando, inmediatamente advirtiéndolo el piloto. Sus miradas sucesivas al hueco donde antes estaba una puerta casi resultan cómicas, como si no creyese lo que acaba de suceder.
Realmente no es una situación cómica. Ha podido poner en peligro al conductor del Porsche 911 al que precedía, que posiblemente tuvo que esquivar una puerta volando hacia él a toda velocidad. No conocemos más detalles acerca de la historia o su desenlace, así que tendremos que imaginarlos. Suponemos que los comisarios de pista retiraron la puerta del trazado, y el conductor del BMW salió del circuito lo antes que pudo, en su busca. Estoy seguro que ha aprendido una valiosa lección sobre fijaciones.
Conviene recordar la importancia de modificar correctamente un vehículo. Puede haber sido un simple accidente, pero las posibilidades de un incorrecto montaje o modificación son mayores.
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