Cuando un coche diésel se avería, y concretamente falla su sistema de inyección, se suele recurrir a un taller especialista en inyección diésel. Estos bomberos tienen maquinaria especializada para comprobar bombas inyectoras de alta presión, inyectores y otros componentes. Una enorme inversión que lógicamente, es repercutida en precios a los clientes. Ahora bien, ¿qué ocurre si tu Mercedes Sprinter tiene un problema de inyección, pero vives en la República Democrática del Congo? No hay talleres de alta tecnología, pero sí hay soluciones.
El problema no parece ser grave, pero queda patente que el mecánico sabe perfectamente lo que está haciendo. Vemos cómo afloja brevemente cada uno de los inyectores para poder purgar el sistema de aire, y que vuelvan a inyectar combustible adecuadamente. El origen puede ser que el vehículo se ha quedado sin combustible, algo que puede dificultar el arranque y en ocasiones, puede requerir de una intervención mecánica. Tras purgar el aire, pide que accionen el motor de arranque y dando acelerones, elimina el aire restante en el sistema.
De acuerdo, no es una intervención de alto nivel, pero es una prueba de que un mecánico callejero de un país africano es capaz de hacer que cualquier vehículo vuelva a rodar. Cuando la necesidad aprieta, es el ingenio el que consigue que coches que han dejado hace mucho tiempo atrás sus especificaciones de diseño sigan en circulación. Ya lo hemos visto con un Mercedes S 600 con motor de seis cilindros, e incluso con un Mazda 323 Kombi con dos millones en sus «entrañas».
