En ocasiones nos damos de bruces con proyectos automovilísticos dignos de genios locos. Es el caso de un neozelandés, que se ha propuesto un restomod de lo más peculiar, fidedigno tanto en grupo automovilístico como en origen nacional. Sólo os daré una pequeña pista: el motor es muy poco conocido, pero pertenece a un vehículo de producción. ¿Serías capaz de adivinar motor y coche sin más pistas que la primera imagen y estas enigmáticas frases? No es fácil, lo reconozco.
De acuerdo, el motor es un 1GZ-FE. Es el único motor V12 japonés jamás fabricado para un automóvil de producción. Es un V12 de 5,0 litros y 280 CV de potencia, montado en el curioso Toyota Century – el Rolls-Royce japonés, sin duda alguna. Este motor fue exportado a Nueva Zelanda, donde un aficionado lo ha montado en un Toyota Cressida de los años 70, una berlina de tracción trasera y diseño clásico. La adaptación no parece haber sido demasiado complicada, pero ha exigido la fabricación de piezas artesanales.
Como las trompetas de admisión y un nuevo control de aceleración, que abre los doce cuerpos de acelerador al mismo tiempo. El sonido del V12 – que tras una puesta a punto está desarrollando 373 CV y 476 Nm de par motor, en un coche de apenas 1.200 kg – es tan impresionante como sus prestaciones. El interior del coche está de estricta serie, con sus asientos de tela beige y su instrumentación plenamente funcional. Así es como se hace un restomod. Aunque quedan detalles por pulir, es un proyecto con un gran potencial.
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