El pasado mes de noviembre una imagen se convirtió en viral, un camión había quedado atrapado, y perdido, en una pista forestal de Ezcaray, en La Rioja. Se trataba de un camión que debía transportar naranjas y mandarinas desde Murcia hasta Riga, Letonia. Su conductor, un ucraniano que quedó atrapado con su camión en la pista forestal, tuvo que pernoctar en la cabina. Al día siguiente la Guardia Civil se lo encontraría desesperado, y buscarían ayuda para rescatar el camión con la ayuda de un tractor, tal y como narraban en LaRioja.com. Semanas más tarde, este mismo mes, quedaba atrapado de nuevo un camión, con un conductor ruso procedente de Valencia que se dirigía a Irún con destino Suecia (Radioharo).
El culpable de este desaguisado parecía el navegador GPS utilizado por los transportistas. ¿Pero por qué siempre acababa intentando cruzar las calles, y las vías forestales de Turza y Ezcaray? El peligro al que se vieron sometidos los conductores es importante, si tenemos en cuenta que en estas vías forestales hay muy poco espacio para maniobrar, y que tuvieron que realizar maniobras en curvas de muy poco radio, e incluso desplazarse cientos de metros marcha atrás. Algunos vecinos decían que hubo momentos en los que el camión estuvo cerca de precipitarse a un río, o por las laderas de la montaña que surca esta pista forestal.
Finalmente ha sido el propio alcalde de Ezcaray (Menéame) el que ha descubierto la razón.
Al parecer todos los conductores seguían las coordenadas de una gasolinera, con la que los transportistas podrían tener un acuerdo para sus repostajes. Y esas coordenadas, en una ruta aparentemente mal planificada, hacían que los transportistas tuvieran que atravesar las calles de Turza y circular por una pista forestal, evidentemente impracticable para un vehículo de gran tonelaje.
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