En Rolls-Royce se están tomando su tiempo para decidir, o no, llevar al mercado su modelo más controvertido, un SUV de altas prestaciones, altísimo lujo y precio en consonancia. Los movimientos de Bentley para llevar al mercado un SUV bajo idéntico planteamiento, parecían que habían animado a Rolls-Royce a lanzarse de lleno a esta arriesgada, aunque atractiva empresa, que le permitiría obtener grandes beneficios en mercados tan importantes como Asia. Pero la realidad es que en Rolls-Royce están muy lejos de dar luz verde a un nuevo modelo SUV.
¿Por qué Rolls-Royce no sigue los pasos de Bentley?
Rolls-Royce pretende hacer crecer su gama con un nuevo tercer modelo que difiera del planteamiento conocido en los Phantom y Ghost. Esta idea viene rondando las oficinas de Rolls desde hace bastante tiempo, apuntando siempre a la introducción de una carrocería SUV capaz de mantener el alto nivel de las berlinas británicas. Con Bentley metida de lleno en el lanzamiento de un SUV, todo apuntaba a que Rolls-Royce seguiría sus pasos casi sin pensárselo, sin embargo esta idea no sólo cada vez está más lejos de recibir confirmación, sino que desde Rolls podría anunciarse la intención de centrar sus esfuerzos muy lejos de este tipo de carrocerías.
Según parece, la actual fiebre SUV podría estar llegando a su fin, no tanto entre las firmas de lujo, pero sí como inversión rentable a medio-largo plazo. Pretender repetir los éxitos del Porsche Cayenne a estas alturas es harto difícil, más aún cuando la oferta no hace más que crecer, y siempre hacia arriba buscando ese mercado que no pregunta por precios a la hora de adquirir exclusividad. Sea como fuere, si en Rolls-Royce quieren lanzar un SUV, más les vale que se den prisa si no quieren ser los últimos en apuntarse a la fiesta.
Fuente: TopGear
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