He de reconocer que en el caso de este artículo, soy juez y parte. Lo siento, pero aquí no puedo ser imparcial. Soy propietario de un Saab 900 Turbo, y creo que es uno de los coches más icónicos de las últimas décadas, a pesar de ser un relativo desconocido – aunque empiezan a estar cada vez más valorados a a día de hoy. La unidad que protagoniza este artículo es muy similar a la mía, a excepción del kit de carrocería y el color del interior. Y tras un detallado, revela su escultural silueta y peculiaridades en todo su esplendor.
El trabajo de detallado sobre este Saab 900 Turbo es de enmarcar, y ha consumido no pocas horas de trabajo. Posiblemente ha tenido un coste de cuatro cifras, pero el resultado final salta a la vista. El detailer ha limpiado todos los bajos del coche y el motor con hielo seco – necesito una de estas máquinas en mi vida – y ha pulido toda su carrocería, con especial mimo en todas las áreas y recovecos que tiene este coche. En un coche negro, la reparación de los swirls y el pulido de la carrocería es especialmente llamativo.
En el interior se ha optado por un lavado completo y un saneamiento/hidratado de los asientos de cuero con productos específicos – parecía estar ya en un estado francamente bueno. Para proteger los resultados del detallado, se ha cubierto su exterior, cristalería y llantas con un coating cerámico de alta duración. Estos productos se encargan de repeler la suciedad y los agentes externos durante un tiempo, protegiendo la pintura y componentes de la carrocería. Si me disculpáis, os dejo, tengo que buscar un taller de detallado en mi ciudad.