La impresión 3D ya está suponiendo una verdadera revolución para la industria del automóvil. Pero ni creo que sea la que parece, ni la que nos cuentan que va a ser. Sobre el papel, la impresión 3D se erige como el futuro de la fabricación de automóviles. Es lo que nos cuentan en el Oak Ridge National Laboratory, el laboratorio dependiente del Departamento de la Energía nacido durante la Segunda Guerra Mundial para que un Dream Team de científicos desarrollaran la bomba atómica, el proyecto Manhattan. Un laboratorio que hoy en día se dedica a investigar sobre temas muy variopintos, incluida la fabricación de esta réplica de Shelby Cobra completamente funcional y muy creíble, por cierto, mediante impresión tridimensional.
Lo primero, no es cierto que un coche pueda producirse única y exclusivamente recurriendo a la impresión 3D. Aunque el caso de este Shelby Cobra es interesante, puesto que la impresión 3D habría supuesto la producción de 226 kilogramos – que no está nada mal – de los escasos 635 kilogramos que pesa. Piezas impresas con un polímero compuesto por un 20% de fibra de carbono.
Sus creadores aseguran que el proceso de impresión 3D es mucho más rápido y eficiente que la producción convencional de automóviles. Imagina que hacer pequeños cambios en un coche, por ejemplo pliegues de carrocería, o cotas de su plataforma, implican cambios importantes en la línea de producción, como ajustes en las líneas de estampado. Ajustes que no son necesarios mediante la impresión 3D, con la que basta configurar el software con los diseños definitivos y hacer clic, literalmente, para tener un coche completamente nuevo.
En la práctica, la impresión 3D exige una auténtica revolución en el uso de materiales en un coche. Para todo lo demás, las líneas de producción convencionales, y los avances en la robótica, son el paso adelante más lógico para seguir haciendo coches, tal y como los entendemos ahora, de manera más eficiente. Donde sí puede suponer una verdadera revolución la impresión 3D es en el desarrollo de prototipos, que generalmente requiere una producción artesanal de todas, o casi todas, las piezas necesarias. También puede suponer una gran revolución en la logística de repuestos y accesorios, piezas que a menudo podrían producirse con un sistema de impresión 3D más cercano a nuestro taller, ahorrando tiempo de espera y costes logísticos.
Más allá de todo eso, este Shelby Cobra habría sido diseñado mediante una estrategia completamente modular, de manera que los desarrolladores puedan aplicar cambios inmediatos sin problemas, por ejemplo sustituir su mecánica eléctrica – porque has de saber que bajo el capó no esconde un V8, sino un motor eléctrico – o componentes como los sistemas de carga inalámbrica, emplear pila de combustible, etcétera.
Vídeo del proceso
Fuente: Oak Ridge National Laboratory | Vía: Digital Trends
En Diariomotor: ¿Quieres una Honda CB500 clásica? ¡Tú mismo la puedes imprimir!