Dicen que la definición de estupidez es repetir una misma cosa varias veces, esperando resultados diferentes. Ya hemos visto lo que sucedió con un Ford Focus RS: tratando de impresionar a varios espectadores usando su modo Drift, terminó sus días contra un muro. La historia se ha vuelto a repetir, solo que con un Shelby Mustang GT350 como protagonista – una versión de altas prestaciones del Ford Mustang. Cientos de espectadores, cientos de cámaras, y la necesidad «imperiosa» de impresionarlos: receta para el desastre.
Sucedió en un Cars & Coffee en Houston (Texas, EE.UU.). Estas concentraciones de coches, muy informales, suelen atraer a cientos de espectadores, que buscan ver, escuchar y fotografiar a las máquinas de alto rendimiento allí reunidas. Las salidas de estas concentraciones son problemáticas: algunos conductores tratan de impresionar al público, y salen quemando rueda, o acelerando a fondo. El muy abundante público, en muchas ocasiones, acude esperando este tipo de entretenimiento. En no pocas ocasiones, las cosas salen mal.
El dueño del Mustang aceleró a fondo, quemando rueda. No pudo controlar el latigazo de su zaga, y a pesar de frenar, impactó contra un bordillo, destrozando ruedas laterales y posiblemente suspensiones/ejes. Por apenas un par de metros no atropella a un número considerable de personas. Los reproches e insultos no tardan en llegar, y pronto las fuerzas del orden hacen aparición. Una grúa se lleva el coche, y su dueño posiblemente se haya llevado tanto una citación judicial de recuerdo, como una gran humillación pública.
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