Este smart fortwo de primera generación no es un smart cualquiera. El coqueto urbano se ha transformado aquí en una bestial máquina creada para competir en carreras de aceleración en línea recta. Lejos ha quedado su pequeño motor tricilíndrico de apenas 700 centímetros cúbicos. Lo que su propietario italiano ha hecho ha sido sustituirlo por un motor 1.9 TDI de origen Volkswagen, con 150 CV de potencia a su eje trasero. La transformación y sus resultados no tienen precio. Que se lo pregunten al BMW M3 CSL al que humilló.
El motor 1.9 TDI de 150 CV va colgado del eje trasero del coche, y asociado a un cambio manual de seis relaciones, también de origen Volkswagen. Prácticamente a escape libre, y quizá con alguna reprogramación, el turbodiésel sólo debe mover 800 kilos de peso. Para poderlo instalar en la parte trasera del coche, ha sido necesaria la construcción de un nuevo subchasis trasero, que ha demandado la instalación de un nuevo eje trasero y un considerable ensanchado de la vía trasera.
El resultado es una curiosa planta, con una distribución de pesos muy favorable al tren posterior. Gracias a esta distribución de pesos, apenas quema rueda en las salidas, traccionando rápidamente. Un Ford Escort RS Cosworth, un BMW M3 E46 CSL o un Caterham caen humillados ante el engendro, capaz de hacer un cuarto de milla en sólo 13 segundos. Un tiempo impresionante, pero si hablamos de dragsters atípicos y no salimos del gasóleo, os recomiendo comprobar las prestaciones de cierto SEAT Arosa con motor 2.0 TDI.
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