¿Os acordáis de Tax The Rich? Un canal de YouTube, inactivo desde hace más de un año, en el que varios superdeportivos de altísimo valor eran usados de forma un tanto… festiva. Por ejemplo, un Ferrari F40 hacía una gymkhana y un Rolls-Royce Wraith derrapaba en el jardín de una lujosa mansión. Parece que Tax The Rich podría estar de vuelta: la filmografía, los coches empleados y el escenario rural donde campan a sus anchas nos dan muchas pistas. En el vídeo que os enseñamos tras el salto podréis contemplar como casi ocho millones de euros en coches derrapan y retozan en pistas completamente embarradas.
He de reconocer que el vídeo me ha hecho sentir escalofríos. Los coches protagonistas son carísimos clásicos que deberían estar cuidados hasta el extremo. No estoy diciendo que no sean pilotados, estoy diciendo que no deberían estar rodando a toda velocidad por pistas embarradas. Los protagonistas de este corto clip subido a Instagram son un Lamborghini Miura SV – sólo 150 unidades construidas, con un motor potenciado hasta los 385 CV – un Bugatti Veyron Super Sport de 1.200 CV, un Ferrari LaFerrari, un Lamborghini Countach LP500 y un carísimo Bugatti EB110 producido a mediados de los años 90.
Los coches no tienen problema en meterse en zonas completamente embarradas, derrapando al incorporarse a una pista de cemento en la que apenas caben. Mientras tanto, levantan tierra, piedras, barro y hojas, como si fueran coches de rallye baratos. Apoyamos que los superdeportivos sean pilotados como tal, pero nos da auténtico pavor la posibilidad de que uno de estos valiosísimos clásicos acabe estampado contra un árbol.