La American Automobile Association alertaba estos días de uno de los problemas más habituales entre los conductores que sufren un pinchazo con un coche moderno, las ruedas de repuesto están desapareciendo. Ya no hablamos únicamente de las ruedas completas de antaño, sino también de las ruedas de repuesto temporales, que están quedando en un segundo plano debido a la proliferación de los kits antipinchazo, y los neumáticos Run Flat. Un 28% de los coches modernos en Estados Unidos no montan rueda de repuesto, una cifra que ha crecido significativamente desde 2006, cuando se situaba en torno al 5%, aunque también ha caído del 36% que se registró en estudios similares en 2015. En Europa las cifras serían similares. La Automobile Association – en Reino Unido – asegura que una tercera parte de los coches modernos prescinde de rueda de repuesto.
El problema ante el que nos encontramos ya no solo pasa por el hecho de que nuestro coche prescinda de rueda de repuesto, sino también por el desconocimiento de cómo ha de utilizarse en caso de emergencia. Aunque también es cierto que la mejora de las infraestructuras, y de la tecnología de los neumáticos, han conseguido que la situación de sufrir un pinchazo sea cada vez más rara. A diferencia de las ruedas de repuesto completas de antaño, las ruedas de repuesto temporales son, como su propio nombre indica, una solución temporal, limitada a muy pocos kilómetros, y a una velocidad máxima muy reducida.
Aún así, las ruedas de repuesto temporales siguen siendo una solución más efectiva que otras alternativas, como las Run Flat, o los kits de reparación de pinchazos, siendo estos últimos inútiles cuando sufrimos algo más que un pinchazo, y nuestra incidencia ha sido un reventón más grave, o un desllantado.
En cualquier caso, las cifras no dejan de sorprendernos. Y mucho nos tememos, por la evolución que sigue la industria, y por las excusas que emplean los fabricantes para prescindir de ellas – generalmente espacio y peso, aunque obviamente también hay que tener en cuenta su coste – muy pronto tendremos que acostumbrarnos a que prácticamente ningún coche, y salvo pingües excepciones, equipe rueda de repuesto.