Tesla Motors ha tocado un hueso duro de roer, el de la distribución de coches en Estados Unidos. El fabricante de coches eléctricos se ha enfrentado en los últimos años a la oposición de las asociaciones de vendedores. Ha tenido que vérselas con la legislación de muchos estados, en la mayoría de los cuales aún no se han autorizado sus ventas. Y aún sigue defendiéndose ante los ataques de un sector que se resiste a permitir algo que dentro de la filosofía de Tesla tiene mucho sentido, vender sus productos prescindiendo de un eslabón que hasta ahora creíamos fundamental en esa cadena: el concesionario. Mientras tanto, Tesla Motors sigue aferrándose a las pequeñas victorias que poco a poco sigue consiguiendo en algunos estados. Y aferrándose, sobre todo, a ideas un tanto innovadoras, o incluso trolleos, como crear concesionarios portátiles.
Aunque la noticia haya surgido en los últimos días, como nos contaban en Fool.com y este tuit de TonyJGiannini, sin hacer mucho ruido los concesionarios móviles de Tesla ya habían comenzado a dejarse ver en Europa. Un continente en el que la red de distribución aún debe crecer, y mucho (países como España carecen de concesionarios).
Estos concesionarios, según Time, se basarían en un tráiler que al expandirse formaría una estancia de apenas 60 metros cuadrados, lo suficiente para un coche, una mesita y unos taburetes, y un ordenador para procesar pedidos. Recordemos que el papel de los showroom, los expositores de Tesla, no es el de vender directamente el producto, que puede adquirirse desde su página web, sino el de acercar el producto a sus clientes.
Con las últimas incorporaciones de New Jersey y Maryland, Tesla Motors ya puede vender coches, directamente, en 26 estados. Pero aún siguen luchando en otros 24 para conseguirlo. El trabajo de las asociaciones de vendedores de Estados Unidos, además de pasar por hacer lobby, también consiste en defender la importancia del concesionario, como empresa independiente de una marca, para asegurar a los compradores el acceso a un producto comercializado por un sector libre e independiente. Pero la pregunta que nos hacemos es la siguiente, ¿hasta qué punto debe Tesla seguir enfrentándose a estas trabas? ¿no estará poniéndose freno a su innovación?
Tesla, una marca cuya inversión en publicidad se reduce a la mínima expresión, bien podría encontrar en estos expositores ambulantes una solución de urgencia perfecta para agilizar su expansión en aquellos estados que van autorizando sus ventas. Especialmente si tenemos en cuenta que muchos están creando leyes a su medida (Jalopnik), que limitan la venta directa a un máximo de cuatro concesionarios, o mejor dicho, showrooms.
En Diariomotor: Intenté comprar un Tesla en España y descubrí que es posible, pero no sencillo ni barato