Hace unas semanas dio comienzo una nueva temporada de This vs. That, las competiciones de aceleración entre diferentes vehículos que han catapultado al canal de Hoonigan a la fama internacional. Tras diferentes raseros, como las dos versiones del Hoonicorn de Ken Block, es el turno de uno de los coches de serie más rápidos del planeta: el Tesla Model S Plaid. Un eléctrico de 1.020 CV de potencia que en esta ocasión se tiene que enfrentar a una de las Chevrolet Silverado modificadas más rápidas del planeta.
Recién venida de Houston (Texas) y con un piloto de ascendencia latina al volante, esta pick-up modificada aun retiene su plataforma, carrocería y salpicadero originales. Sin embargo, bajo el capó – o más bien, en el vano motor, ya que carece de capó – habita un motor 7.0 V8, un LSX sobrealimentado por dos turbos hasta los 1.500 CV. Medidos a las ruedas, y transmitidos al suelo a través de las cuatro ruedas mediante el sistema de transmisión de serie. Como lo oyes. Su cambio es automático, reforzado, y de solo tres relaciones.
Curiosamente, no tiene sistema de refrigeración: necesita enfriarse tras cada pasada. Desde el primer momento, ya se aprecia que el Tesla no tiene nada que hacer contra la pick-up si no tiene algún tipo de ventaja al inicio de la carrera. En la segunda carrera, el tiempo de reacción del conductor del Tesla le deja en ridículo, además de una negociación mediocre con su rival. El Tesla solo consigue imponerse, y por un cuarto de coche, pasando por la línea de salida a 50 km/h, mientras la pick-up arranca desde parado.