Nos lo podíamos haber imaginado. Pero el hecho de que Jeremy Clarkson admita que Top Gear manipuló algunos de los coches que aparecieron en su programa, aún así, debería sorprendernos y preocuparnos. Liberado de su vinculación con la BBC, Jeremy Clarkson ha sentido que era el momento de hablar de uno de los reportajes más conocidos de sus años en Top Gear, la famosa escena con los Reliant Robin que volcaban en cada curva. Reconociendo que, efectivamente, los vehículos estaban manipulados para volcar con suma facilidad.
Última hora del nuevo programa de Jeremy Clarkson, Richard Hammond y James May: finalmente se llamará The Grand Tour.
Poca gente podrá sentirse ofendida por este juego, en pos del espectáculo, en pos del gag humorístico, en un show que jamás se definió como un programa de coches, sino un programa de entretenimiento. El problema está precisamente en la gran duda de saber qué reportajes se realizaron con honestidad, y en cuántos otros se recurrió a técnicas como esta para manipular el resultado.
Jeremy Clarkson contaba en su columna para Sunday Times cómo había pedido a su equipo que hicieran ajustes en el diferencial para propiciar un vuelco cada vez que girase el volante. Los Reliant Robin no eran demasiado estables, por naturaleza, pero en palabras de Clarkson, «un Reliant Robin no hubiera volcado a no ser que dentro fuera manejándolo un equipo de Rugby borracho, o hiciera viento».
En este alegato a favor del Reliant Robin, Jeremy Clarkson recuerda cómo decidieron convertirlo en su coche de empresa para la producción del nuevo programa que emitirá Amazon Prime. Probablemente para rememorar aquellas escenas en Top Gear en el esperado regreso del Trío Calavera.
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